Dec 14, 2006

Expediciones Científicas en las Américas. Tercera Parte: CLAUDIO GAY Y SUS EXPEDICIONES CIENTÍFICAS EN CHILE

Por Hernán Ayarza Elorza

Claudio Gay Mouret nació en la localidad de Draguignan, Provenza, Francia, el 18 de marzo de 1800. Hijo de Jean Gay y Therèse Mouret, perteneció a una familia dedicada a la agricultura, que hizo grandes esfuerzos para poder enviar a su hijo a educarse a París. Gay estudió Botánica, colaborando en sus días de estudiante como recolector de muestras vegetales con sus maestros, llegando a ser un renombrado naturalista.

Se le considera el fundador de la ciencia en Chile, habiendo sido el primero en aplicar un método científico y sistemático a una investigación. Él funda no sólo las ciencias naturales sino también las históricas, ya que fue el primero en escribir una historia de Chile, aunque no el único, ya que después, por nombrar a sólo dos, están Domeyko y Phillipi. Pero Gay es fundacional. Sus textos y sus imágenes ponen en la nación una impronta que permanece hasta hoy. Los demás complementan con grandes aportes, cada uno en su especialidad.

Expediciones de Gay en Chile

Claudio Gay llegó a Chile en 1828, contratado como docente por el Colegio de Santiago, que dirigía don Andrés Bello, para hacerse cargo de las cátedras de Física y Química: dado que los alumnos mostraron poco interés por ellas, más tarde se agregó un curso optativo de Geografía Regional. Sus actividades le dejaban bastante tiempo para investigar la naturaleza en los alrededores de Santiago, lo que lo hizo conocido entre algunas autoridades del gobierno, que desde hacía años tenían la idea de realizar un estudio científico del país.

Es así que en 1830 suscribió un contrato con el Gobierno de Chile, por el que se comprometía a efectuar un viaje científico por el país, para dar cuenta de sus recursos naturales y elaborar un catastro para el Estado. Las autoridades, por su parte, le asignaron una remuneración y le dieron todas las facilidades posibles al investigador.

El contrato para la investigación se formalizó el 14 de Septiembre de 1830. en el que se estipulaba que Gay debía recorrer el país por tres años y medio, para "...dar a conocer las riquezas del territorio de la República, para estimular la industria de sus habitantes y atraer la de los extranjeros...". Para cumplir con estos objetivos, el científico debía estudiar la flora, fauna, geografía, geología, y hacer una estadística de la producción, comercio y demografía chilenos. Después de cumplido el cuarto año, debía presentar una historia natural y una geografía física y descriptiva del país, con láminas, mapas y dibujos. Además, con las muestras botánicas, zoológicas y minerales que reuniera, su misión era organizar un gabinete para sus colecciones. Su sueldo se fijó en 25 pesos mensuales.

Comenzó su expedición a fines de ese año, viajando por la región de Atacama y de Colchagua. Durante los años siguientes el científico recorrió diversos lugares de Chile, entre ellos el archipiélago Juan Fernández (1832), la isla de Chiloé (1835), y la zona central (1837), realizando un estudio científico del país, que se desarrolló hasta 1834.

En su primer viaje de exploración por la región de Colchagua, Claudio Gay, expedicionario inquieto y curioso, en cada lugar que recorría quedaba maravillado al encontrar alguna especie de la naturaleza que no estuviera entre sus conocimientos. Era infatigable frente a las incomodidades del clima. Más tarde, recorrió parte del Desierto de Atacama. Estas expediciones le hicieron darse cuenta de dos problemas. Por una parte, necesitaba más tiempo para recorrer todo el país y contar con colaboradores para las observaciones y mediciones, y por otra, requería mejores instrumentos científicos.

En 1832 Gay, con la anuencia del Gobierno, viajó a Francia para comprar los elementos que necesitaba para cumplir a cabalidad su misión. Mientras se encontraba en el puerto de Valparaíso esperando su barco, se le presentó la oportunidad de visitar las Islas Juan Fernández por primera vez, cuya exuberante vegetación lo dejó asombrado.

Al llegar a Francia, los científicos quedaron sorprendidos con los ejemplares botánicos, zoológicos y minerales que llevó. Luego de conseguir en París los mejores instrumentos científicos que existieran, con los más destacados artesanos, regresó a Chile a continuar sus exploraciones.

De vuelta en Chile, se trasladó a Valdivia a fines del año 1834, siendo uno de los primeros europeos que tras casi 200 años se atrevió a entrar en ese hostil territorio indígena. En sus expediciones contaba con intérpretes para tratar con los caciques pudiendo Gay, de este modo, conocer sus costumbres, las que hizo ampliamente conocidas gracias a los dibujos y bocetos que realizó. Después de un año en la boscosa zona de Valdivia, viajó a Chiloé donde estuvo algunos meses. Más tarde continuó su viajes explorando Talca, Concepción y Coquimbo.

Ya en Santiago, el investigador dio cuenta al gobierno de sus trabajos. Había estudiado a cinco cuadrúpedos, 213 pájaros, 21 reptiles, 47 peces, 2.557 invertebrados y 1.320 especies vegetales. Además, trajo numerosos volúmenes con anotaciones y dos volúmenes con 1.437 dibujos de objetos naturales, mapas e informaciones geográficas.

En 1835 el Gobierno le entregó un edificio para que organizara y clasificara en los estantes sus muestras, dando origen al Museo de Historia Natural.

El 29 de diciembre de 1841, antes de que regresara a Francia, el gobierno de don José Joaquín Prieto le concedió por gracia la nacionalidad chilena y un premio de seis mil pesos. En 1843 fue designado miembro de la Universidad de Chile. Los resultados finales de su trabajo fueron publicados en su voluminosa Historia Física y Política de Chile.

La Historia Física y Política de Chile

Este libro significó la orientación filosófica y metodológica de la historiografía nacional del siglo XIX, que ya habían empezado a discutir Andrés Bello y José Victorino Lastarria. Antes de realizar interpretaciones filosóficas del pasado, era necesario reunir gran cantidad de documentos y estudios monográficos.

Gay escribió más de 14 estudios de sus investigaciones en revistas extranjeras, en los Anales de la Universidad de Chile, y en los periódicos El Araucano y en El Agricultor. Al crearse la Universidad de Chile en 1843, Gay fue designado miembro de esta institución; además fue miembro de la Academia de Ciencias (1856), así como del Instituto de Francia, el más alto lugar para los intelectuales franceses.

En 1841 Claudio Gay viajó a París para imprimir su obra. En octubre de 1842, en la Sociedad Geográfica de esa ciudad, el científico leyó una memoria de sus exploraciones en Chile, lo que le valió ser elegido miembro de número de aquella institución.

En Francia, se preocupó de terminar los libros que contendrían el resultado de sus investigaciones. De esta manera, en 1844 concluyó el primer volumen de la Historia Física y Política de Chile.

La publicación de los treinta tomos de esta monumental obra se extendió hasta 1870. Los ocho primeros tratan de la Historia Política (1844-1854); otros dos contienen documentos históricos reunidos en diversos archivos nacionales y extranjeros (1870-1871); ocho tomos son sobre Botánica (1845-1852); ocho tomos de Zoología (1847-1854); dos tomos constituyen un atlas con dibujos de las especies naturales, mapas de diversas regiones, grabados de paisajes, tipos humanos y costumbres chilenas (1844-1855) y, finalmente, dos tomos detallan un estudio sobre el estado de la agricultura chilena (1862-1865).

La publicación de estos libros incorporó la naturaleza de Chile al universo taxonómico europeo, haciendo conocidos los recursos naturales del país, y el gigantesco trabajo de Gay acerca de Chile.


Atlas de la Historia Física y Política de Chile

Mención especial por sus características merece este Atlas de Gay. Considerado uno de los libros más preciados del siglo XIX, fue editado por primera vez entre los años 1844 y 1855, como parte del estudio general publicado en 28 volúmenes referido anteriormente. El Atlas contiene mapas de diversas regiones, grabados de paisajes, tipos humanos y costumbres chilenas, además de dibujos de especies naturales. Son 315 láminas seleccionadas por el naturalista de entre más de 3.000 dibujos que esbozó durante su largo viaje.

Esta obra constituye una fuente inestimable e ineludible para conocer el nacimiento de Chile como república independiente, ya que “…ofreció por primera vez la fuerza de la imagen como instrumento de divulgación de Chile, no tan sólo en la perspectiva del conocimiento científico sino también de la fisonomía y naturaleza de una sociedad que se da a conocer a través de la representación de sus modelos sociales, ambientes propios, tareas y diversiones características.”2

La Editorial Universitaria ha publicado cuatro álbumes con una selección de láminas del Atlas de Claudio Gay, “Imágenes de Chile”, en tres serie de 10 láminas cada una; 1ª y 2ª series (1994), 3ª serie (1996) y “Aves de Chile” 13 láminas (1996)

Los últimos años

A los 60 años, Gay decidió volver a Chile (1863). "Antes de morir -le escribió a Barros Arana- he querido ver una vez más este hermoso país y los excelentes amigos que aquí poseo y que me serán siempre tan queridos".

El gobierno de don Manuel Bulnes lo recibió con honores y el Congreso aprobó para él una renta vitalicia de dos mil pesos anuales. Dejó Chile a fines de ese mismo año. Pasó el resto de sus años en París, viviendo los convulsionados eventos de la Comuna y la guerra con Prusia.

Por sus primeras investigaciones, el gobierno de Francia le confirió la Legión de Honor En 1856 fue declarado miembro de la Academia de Ciencias de París, así como del Instituto de Francia. Vivió sus últimos días en su tierra natal de Provenza, donde falleció el 29 de noviembre de 1873.

Reencuentro con Gay

El hallazgo reciente en el sur de Francia de importantes escritos inéditos de Claudio Gay tendrá una gran repercusión en los estudios históricos del gran naturalista, considerado por muchos como el fundador de las ciencias naturales y sociales en Chile.

El historiador chileno Luis Mizón concretó el hallazgo en 1999, con la ayuda de un descendiente de Gay, quien lo orientó e introdujo en la Sociedad de Estudios Científicos y Arqueológicos de Draguignan, su ciudad natal y en la fue sepultado después de su fallecimiento, donde encontró gran cantidad de manuscritos, la mayor parte inéditos.

El historiador Minzón ha publicado un libro3 en el que se da a conocer el descubrimiento y que constituye una introducción general de la obra inédita de Claudio Gay, situándolo en el contexto de la política cultural emprendida por el Estado chileno a partir de 1830.

Sin duda que la publicación de los documentos inéditos del naturalista, así como la reciente reedición del Atlas de la historia física y política de Chile, representan un acontecimiento fundamental para la historia nacional, además un testimonio de la valorización del patrimonio cultural y natural del país.

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